En la columna del 10 de marzo le comenté de lo que estaba ocurriendo en el penal de San Miguel respecto a las extorsiones, y este lunes ya trajo consecuencias
Javier N., quien no era una blanca palomita, fue apuñalado en el dormitorio F por un sujeto apodado “El H”.
“El H” solo es un peón, el sigue órdenes; según algunas versiones, principalmente de dos sujetos “El Juanca” y “El Oso”.
¿Que controlan?, pues todo: la droga, el banco dentro de la cárcel, las extorsiones.
Lo que se puede predecir, en el mejor de los casos, es que los involucrados sean trasladados a Tepexi o a un penal federal, si se ponen rudos, será a un penal federal.
¿Eso terminará con los actos ilegales dentro del penal?
No.
Alguien tomará las riendas del negocio, sus cómplices o un nuevo grupo, tras otro charco de sangre.
Se requiere una estrategia de pacificación, que se reduzca el alto consumo de drogas, trabajo para las personas privadas de la libertad, entre otras muchas cosas que combatan la criminalidad.
Para eso se requiere destinar recursos humanos, tecnológicos, económicos y pues eso no se ve, no se les puede poner placa con su nombre, no sirve electoralmente.
Por lo que aspirar a un penal controlado por las autoridades es casi imposible
POR CIERTO
Ayer se supo de un operativo en el estado de Hidalgo, en un rancho propiedad de Juan Lira alias “El Moco”, quien ya está en campaña en busca de la alcaldía de Chignahuapan.
Algo que queda claro, es que a los partidos políticos lo único que les importa es el beneficio personal; quien llegue al poder, debe tener el suficiente recurso económico para formar parte del círculo, no importa como lo obtuvo.
Si dejan pasar a personajes ligados a la delincuencia, dejan en claro que lo que menos les importa es la ciudadanía.